Se aproxima una fuerte tormenta
De tácticas y aquelarres
por Aredes
Hace algunas semanas, al finalizar el juego contra Millonarios que tan acertadamente el editorial de la Cultura Alternativa calificó de ”tragicomedia”, el técnico Carreño declaró a los medios que el problema eran los delanteros. Recuerdo que en ese momento pensé que el uruguayo estaba perdido, que primero habría que arreglar la defensa, desoxidar al arquero, equilibrar el medio campo, darle solución a la generación de jugadas de ataque y seguramente luego de toda esa latonería y pintura los artistas del frente de ataque no tendrían problema en marcar goles como quien desgrana mazorcas o como quien peluquea calvos. Al fin y al cabo somos la envidia del FPC con arietes como Sergio Herrera, Milton Rodríguez, Armando Carrillo y Freddy Montero.
Con el paso de las fechas he visto que nuestra discusión ha pasado de la preocupación de cómo flautas vamos a hacer para ganar un partido a la serenidad de cómo truenos hacemos para optimizar el rendimiento de cada una de las líneas del equipo. Sin embargo la gran sombra que cae sobre nuestras discusiones y que nadie hasta hoy ha refutado es que tenemos problemas para anotar en jugadas en movimiento, que nuestros atacantes sufren de sequía goleadora.
Al ver al equipo de hoy no me queda nada más que pensar que Carreño la tenía más clara que nadie, que las otras líneas se podían trabajar, que ya tendría en mente como equilibrar el equipo pero que el aspecto de la definición de jugadas era preocupante.
Los delanteros son una especie única, si bien es cierto que en el fútbol moderno deben ser dinámicos para colaborar con la segunda línea de volantes y también con el repliegue , su función en el campo es aterrorizar a las defensas contrarias, ser cazadores del gol, victimarios de arqueros, verdugos implacables e insaciables de las redes. Valga la salvedad que dos ejemplares de esta especie son la necesaria excepción a la regla: el “Andino” Galeano y la “Leyenda... de la maña”, ambos aventajados discípulos de la misma escuela del verso y que no requerían de balón para... ¿brillar?
En la psicología del delantero hay dos características que influyen trascendentalmente en su comportamiento. La primera son las “rachas”, para nadie es un secreto que cuando un delantero está “enrachado” puede hacer desde goles antológicos hasta goles de rebote con la nuca si es que andan distraídos dando la espalda al balón mientras contemplan las minifaldas de las porristas en la pista atlética. La otra es el extremo opuesto, el no marcar, el torturador paso de las fechas sin mojar es el otro fenómeno que desmoraliza infinitamente a los arietes y que los hace entrar en pánico, perder la calma y llevarlos a fallar oportunidades de esas que son “más difíciles errar que meter”.
Hoy más que nunca cobra vigencia esa premonitoria frase de Carreño que tan insolentemente descalifiqué en su día y me resulta insólito y hasta estadísticamente improbable que nuestros cuatro delanteros estrellas, experimentados goleadores y curtidos en el FPC anden fuera de “racha”, todos a la vez. Los reportes de los entrenamientos indican que los atacantes son efectivos en el trabajo de la semana pero al llegar el domingo se les moja la pólvora. En vista de todas las evidencias creo firmemente que ante la situación, el mejor aliado de nuestra delantera en este momento puede ser el psicólogo. Unas buenas charlas moralizadoras y un acertado manejo de la ansiedad pueden ser la mejor solución a la falta de efectividad de los atacantes.
En todo caso soy un convencido de que la estadística es inexorable y por lo tanto no debe faltar mucho para que alguno de nuestros cuatro reconocidos goleadores entre en “racha” y no pare de anotar, más aún cuando las otras líneas del equipo están mostrando una curva ascendente en rendimiento con orden y dinámica. Estoy seguro que tenemos la línea de ataque más poderosa del FPC y que no se les olvidó mojar. Como en el vallenato del Binomio, “un grande nubarrón de alza en el cielo, ya se aproxima una fuerte tormenta”... de goles.
Temas:
1. ¿Hay suficiente volumen de generación de jugadas para que los delanteros definan?
2. ¿Es la línea atacante la más floja del equipo hasta ahora?
3. ¿Se le deben dar más minutos a los delanteros consagrados que a Cordobita?
4. ¿La falta de definición pasa por la falta de fundamentación técnica? ¿por falta de trabajo repetitivo? ¿por problemas psicológicos? ¿o por otras razones?
5. Pregunta adicional (bonus): ¿Cuál ha sido el mejor delantero y la mejor línea delantera de todos los tiempos en el glorioso Deportivo Cali?
-La bruja
por Aredes
Hace algunas semanas, al finalizar el juego contra Millonarios que tan acertadamente el editorial de la Cultura Alternativa calificó de ”tragicomedia”, el técnico Carreño declaró a los medios que el problema eran los delanteros. Recuerdo que en ese momento pensé que el uruguayo estaba perdido, que primero habría que arreglar la defensa, desoxidar al arquero, equilibrar el medio campo, darle solución a la generación de jugadas de ataque y seguramente luego de toda esa latonería y pintura los artistas del frente de ataque no tendrían problema en marcar goles como quien desgrana mazorcas o como quien peluquea calvos. Al fin y al cabo somos la envidia del FPC con arietes como Sergio Herrera, Milton Rodríguez, Armando Carrillo y Freddy Montero.
Con el paso de las fechas he visto que nuestra discusión ha pasado de la preocupación de cómo flautas vamos a hacer para ganar un partido a la serenidad de cómo truenos hacemos para optimizar el rendimiento de cada una de las líneas del equipo. Sin embargo la gran sombra que cae sobre nuestras discusiones y que nadie hasta hoy ha refutado es que tenemos problemas para anotar en jugadas en movimiento, que nuestros atacantes sufren de sequía goleadora.
Al ver al equipo de hoy no me queda nada más que pensar que Carreño la tenía más clara que nadie, que las otras líneas se podían trabajar, que ya tendría en mente como equilibrar el equipo pero que el aspecto de la definición de jugadas era preocupante.
Los delanteros son una especie única, si bien es cierto que en el fútbol moderno deben ser dinámicos para colaborar con la segunda línea de volantes y también con el repliegue , su función en el campo es aterrorizar a las defensas contrarias, ser cazadores del gol, victimarios de arqueros, verdugos implacables e insaciables de las redes. Valga la salvedad que dos ejemplares de esta especie son la necesaria excepción a la regla: el “Andino” Galeano y la “Leyenda... de la maña”, ambos aventajados discípulos de la misma escuela del verso y que no requerían de balón para... ¿brillar?
En la psicología del delantero hay dos características que influyen trascendentalmente en su comportamiento. La primera son las “rachas”, para nadie es un secreto que cuando un delantero está “enrachado” puede hacer desde goles antológicos hasta goles de rebote con la nuca si es que andan distraídos dando la espalda al balón mientras contemplan las minifaldas de las porristas en la pista atlética. La otra es el extremo opuesto, el no marcar, el torturador paso de las fechas sin mojar es el otro fenómeno que desmoraliza infinitamente a los arietes y que los hace entrar en pánico, perder la calma y llevarlos a fallar oportunidades de esas que son “más difíciles errar que meter”.
Hoy más que nunca cobra vigencia esa premonitoria frase de Carreño que tan insolentemente descalifiqué en su día y me resulta insólito y hasta estadísticamente improbable que nuestros cuatro delanteros estrellas, experimentados goleadores y curtidos en el FPC anden fuera de “racha”, todos a la vez. Los reportes de los entrenamientos indican que los atacantes son efectivos en el trabajo de la semana pero al llegar el domingo se les moja la pólvora. En vista de todas las evidencias creo firmemente que ante la situación, el mejor aliado de nuestra delantera en este momento puede ser el psicólogo. Unas buenas charlas moralizadoras y un acertado manejo de la ansiedad pueden ser la mejor solución a la falta de efectividad de los atacantes.
En todo caso soy un convencido de que la estadística es inexorable y por lo tanto no debe faltar mucho para que alguno de nuestros cuatro reconocidos goleadores entre en “racha” y no pare de anotar, más aún cuando las otras líneas del equipo están mostrando una curva ascendente en rendimiento con orden y dinámica. Estoy seguro que tenemos la línea de ataque más poderosa del FPC y que no se les olvidó mojar. Como en el vallenato del Binomio, “un grande nubarrón de alza en el cielo, ya se aproxima una fuerte tormenta”... de goles.
Temas:
1. ¿Hay suficiente volumen de generación de jugadas para que los delanteros definan?
2. ¿Es la línea atacante la más floja del equipo hasta ahora?
3. ¿Se le deben dar más minutos a los delanteros consagrados que a Cordobita?
4. ¿La falta de definición pasa por la falta de fundamentación técnica? ¿por falta de trabajo repetitivo? ¿por problemas psicológicos? ¿o por otras razones?
5. Pregunta adicional (bonus): ¿Cuál ha sido el mejor delantero y la mejor línea delantera de todos los tiempos en el glorioso Deportivo Cali?
-La bruja
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