El regreso del fulbito
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Esta Copa América ha estado buena. Los equipos se han preocupado por atacar, por ganar marcando goles, y aunque han tenido defensas sólidas van siempre para adelante. El cuentico de Carlos Antonio Vélez y Hernán Gómez del regreso del "toque-toque" en Venezuela, Perú y Argentina es falso. Una cosa es tener un juego vertical para tomar ventaja y manejar los tiempos cuando se va ganando, al "toque-toque" insulso. Perú y Paraguay, las selecciones más vistosas, tienen un fútbol efectivo. Tres toques y chao.
La rosca paisa ha sido un cáncer para el fútbol colombiano desde hace ya 2 décadas. Se desperdició la única generación con jerarquía en el mundial de Estados Unidos, el malestar que produjo culminó luego con técnicos del talante de Javier Álvarez. Luego vino el "Chiqui" García, que con un fútbol feo estaba clasificado al repechaje, pero que la presión de los medios antioqueños (léase RCN) hizo cambiar por Francisco Maturana. El chocoano - y esto prueba definitivamente que Dios no es colombiano - se gana una Copa América sin protagonistas de nivel y aumentando aún más el verso paisa. La conclusión: eliminados del mundial perdiendo partidos de local de forma vergonzosa. La Federación vuelve a ceder nuevamente ante la presión de la rosca y lo nombra nuevamente. ¿Qué pasó? Eliminó a la selección en 4 partidos. El apaga-incendios para esa eliminatoria fué Reynaldo Rueda.
El técnico vallecaucano le devolvió la esperanza al país. Aunque el pueblo Barranquillero le dió la espalda, Rueda puso a jugar a la selección. Se equivocó, sí y mucho, pero había jugadores de buen nivel y se estaba haciendo ya la transición con los juveniles de la sub-20. Es una lástima que Reynaldo Rueda tuviera tan poco carácter y que por eso perdiera el control del equipo a manos del sindicato de futbolistas. Salió por la puerta de atrás, otra vez por la presión de los medios que no lo querían ahí. Vuelve y suena Hernán Darío Gómez.
Maniobras de distracción por todos lados, que iban a contratar a Bielsa, que a Autuori, que no se qué. La Federación escoge - pensaban ellos - el mal menor y Pinto llega a la selección. Sabían que Gómez iba a polarizar al país.
Jorge Luis Pinto, técnico honesto y trabajador, pero que demostró que no tiene con qué ser el técnico de la selección mayor, tiene practicamente escriturada su salida. No se sabe aún si sea peor la cura que la enfermedad. Esa cura, para Carlos Antonio Vélez y su séquito es el "Bolillo" Gómez.
Los dos partidos que ha jugado la selección han sido de miedo. Pinto parece que estuvo pendiente de la NBA o del Roland Garros este semestre, porque para convocar a jugadores como Vargas, Banguero, Arizala y Vallejo tiene que estar viendo otro deporte. Dejó al equipo sin variantes. El rumor que crece es que los jugadores no le creen.
Se perdió contra Paraguay de forma infame. Ningún jugador estuvo a la altura de la camiseta amarilla. El país futbolístico pidió cambios. Pinto no los hizo. Argentina volvió y pintó cara. Basile se desquitó.
El partido contra los gauchos tiene iniciativa cafetera, sin mayor profundidad. En una jugada de pelota quieta Edixon Perea marca el gol cuando la defensa argentina se queda dormida. Luego viene una jugada de Messi en el área, Rodallega lo toca torpemente y Simón (árbitro brasilero, vale la pena resaltar) marca el penalti. Crespo cobra, anota y se lesiona para alivio de Iván Ramiro Córdoba.
El peor jugador de Argentina hasta ese momento y posiblemente el de todo el partido, Juan Ramón Riquelme (así le dice William) trotando sin convicción, marca el segundo y el tercero. El segundo arranca de un error de Vargas que toma a Banguero tomando tinto, con apertura de cancha para Zanetti que centra y "Ramón" define de cabeza. El tercero de tiro libre al palo del arquero.
Pinto hace unos cambios raros. Mete a Castrillón - del proceso Rueda - y le suena la flauta porque Argentina caminaba la cancha con suficiencia. Castrillón - el mismo de la fotos - es un gran jugador y le iba arreglando el partido con el gol de cabeza que metió, típico de él. El ídolo de barro de los azules, Andrés Chitiva no pesó. Macnelly, lo mismo, hace una que otra cosa por ahí, pero nada que defina.
Con el marcador apretado, Basile le pone un poco más a su elenco y con facilidad marca el cuarto por intermedio de Milito. Debacle. Nueve goles en contra, en sólo dos partidos.
Uno a uno
Calero: Fatal. Un arquero con sus condiciones no puede producir tanta inseguridad en su zaga. No tapa ni media. Regala su palo todo el tiempo. Lo peor, su suplente es "Londrina" Zapata.
Vallejo: No se sabe qué le vió Pinto a este jugador. Ni en defensa ni en ataque. Un lateral que no levanta la cabeza para meter un centro. Terrible.
Córdoba: Ya no es "el defensa más rápido del mundo". A duras penas hace los cierres.
Yepes: Viene de una lesión. El hombre del sentido común. Debería renunciar porque Pinto lo va a quemar.
Amaranto Perea: Muy patabrava, aunque le toca, porque tiene que suplir las deficiencias en marca de Banquero, Vargas y Arizala.
Arizala: Ni idea qué hace ahí. Poca salida, poca marca. Hueco defensivo.
Banguero: Qué paseo el que le dió Messi al "Pelícano". Por dentro, por fuera... Dizque marcó a Riquelme, pero si acaso medio le estorbó porque no le quitó nada.
Vargas: Pésimo. No quita bien. Pasa siempre para atrás. Cuando pasa para adelante la regala con un tiro frontal a los centrales o simplemente la entrega a un contrario. Quita todas con falta. A Pinto le hicieron un favor echándolo al final del partido.
Viáfara: Ni quita ni pone. Intrascendente.
Ferreira: Correloncito y nada más.
Domínguez: Flojo, falto de jerarquía, sin sacrificio. Una lástima que con la técnica que tiene no se brinde más para la selección.
Torres: Inflado por la prensa. Buen jugador, pero que se esconde en los partidos trascendentales. Los periodistas dicen que la selección mejora cuando él entra, pero mejorar cuando todo está definido es un poco más fácil, y la supuesta mejoría tampoco es que sea mucha.
Castrillón: Hasta el momento el único jugador de selección. Corre, marca, hace diagonales, llega con sorpresa, sabe quitar. Jugador moderno (indiscutido del proceso Rueda). Valdría la pena la inversión Presidente Otoya.
Edixon Perea: Correlón también, unas buenas y otras malas. Marcó el primer gol contra Argentina. No asusta a nadie.
Rodallega: Poco sacrificio, cero goles.
Chitiva: Habría que verlo más, pero parece que no tiene mucho para ofrecer.
Normalmente cuando todo un equipo juega mal, la culpa es del técnico. El nivel de muchos de los jugadores es desconocido. Los cambios son equivocados. La convocatoria es fatal. Colombia no tiene ningún tipo de estructura táctica. El recambio no se ve. Las excusas recaen en los árbitros. Pinto se tiene que ir.
Temas
1. ¿Pinto se tiene que ir? ¿Por qué?
2. ¿Los jugadores se le pararon a Pinto?
3. ¿Es peor el remedio (Bolillo) que la enfermedad?
4. ¿Han visto mucho "toque-toque" en esta Copa América?
Obelisco
La rosca paisa ha sido un cáncer para el fútbol colombiano desde hace ya 2 décadas. Se desperdició la única generación con jerarquía en el mundial de Estados Unidos, el malestar que produjo culminó luego con técnicos del talante de Javier Álvarez. Luego vino el "Chiqui" García, que con un fútbol feo estaba clasificado al repechaje, pero que la presión de los medios antioqueños (léase RCN) hizo cambiar por Francisco Maturana. El chocoano - y esto prueba definitivamente que Dios no es colombiano - se gana una Copa América sin protagonistas de nivel y aumentando aún más el verso paisa. La conclusión: eliminados del mundial perdiendo partidos de local de forma vergonzosa. La Federación vuelve a ceder nuevamente ante la presión de la rosca y lo nombra nuevamente. ¿Qué pasó? Eliminó a la selección en 4 partidos. El apaga-incendios para esa eliminatoria fué Reynaldo Rueda.
El técnico vallecaucano le devolvió la esperanza al país. Aunque el pueblo Barranquillero le dió la espalda, Rueda puso a jugar a la selección. Se equivocó, sí y mucho, pero había jugadores de buen nivel y se estaba haciendo ya la transición con los juveniles de la sub-20. Es una lástima que Reynaldo Rueda tuviera tan poco carácter y que por eso perdiera el control del equipo a manos del sindicato de futbolistas. Salió por la puerta de atrás, otra vez por la presión de los medios que no lo querían ahí. Vuelve y suena Hernán Darío Gómez.
Maniobras de distracción por todos lados, que iban a contratar a Bielsa, que a Autuori, que no se qué. La Federación escoge - pensaban ellos - el mal menor y Pinto llega a la selección. Sabían que Gómez iba a polarizar al país.
Jorge Luis Pinto, técnico honesto y trabajador, pero que demostró que no tiene con qué ser el técnico de la selección mayor, tiene practicamente escriturada su salida. No se sabe aún si sea peor la cura que la enfermedad. Esa cura, para Carlos Antonio Vélez y su séquito es el "Bolillo" Gómez.
Los dos partidos que ha jugado la selección han sido de miedo. Pinto parece que estuvo pendiente de la NBA o del Roland Garros este semestre, porque para convocar a jugadores como Vargas, Banguero, Arizala y Vallejo tiene que estar viendo otro deporte. Dejó al equipo sin variantes. El rumor que crece es que los jugadores no le creen.
Se perdió contra Paraguay de forma infame. Ningún jugador estuvo a la altura de la camiseta amarilla. El país futbolístico pidió cambios. Pinto no los hizo. Argentina volvió y pintó cara. Basile se desquitó.
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El partido contra los gauchos tiene iniciativa cafetera, sin mayor profundidad. En una jugada de pelota quieta Edixon Perea marca el gol cuando la defensa argentina se queda dormida. Luego viene una jugada de Messi en el área, Rodallega lo toca torpemente y Simón (árbitro brasilero, vale la pena resaltar) marca el penalti. Crespo cobra, anota y se lesiona para alivio de Iván Ramiro Córdoba.
El peor jugador de Argentina hasta ese momento y posiblemente el de todo el partido, Juan Ramón Riquelme (así le dice William) trotando sin convicción, marca el segundo y el tercero. El segundo arranca de un error de Vargas que toma a Banguero tomando tinto, con apertura de cancha para Zanetti que centra y "Ramón" define de cabeza. El tercero de tiro libre al palo del arquero.
Pinto hace unos cambios raros. Mete a Castrillón - del proceso Rueda - y le suena la flauta porque Argentina caminaba la cancha con suficiencia. Castrillón - el mismo de la fotos - es un gran jugador y le iba arreglando el partido con el gol de cabeza que metió, típico de él. El ídolo de barro de los azules, Andrés Chitiva no pesó. Macnelly, lo mismo, hace una que otra cosa por ahí, pero nada que defina.
Con el marcador apretado, Basile le pone un poco más a su elenco y con facilidad marca el cuarto por intermedio de Milito. Debacle. Nueve goles en contra, en sólo dos partidos.
Uno a uno
Calero: Fatal. Un arquero con sus condiciones no puede producir tanta inseguridad en su zaga. No tapa ni media. Regala su palo todo el tiempo. Lo peor, su suplente es "Londrina" Zapata.
Vallejo: No se sabe qué le vió Pinto a este jugador. Ni en defensa ni en ataque. Un lateral que no levanta la cabeza para meter un centro. Terrible.
Córdoba: Ya no es "el defensa más rápido del mundo". A duras penas hace los cierres.
Yepes: Viene de una lesión. El hombre del sentido común. Debería renunciar porque Pinto lo va a quemar.
Amaranto Perea: Muy patabrava, aunque le toca, porque tiene que suplir las deficiencias en marca de Banquero, Vargas y Arizala.
Arizala: Ni idea qué hace ahí. Poca salida, poca marca. Hueco defensivo.
Banguero: Qué paseo el que le dió Messi al "Pelícano". Por dentro, por fuera... Dizque marcó a Riquelme, pero si acaso medio le estorbó porque no le quitó nada.
Vargas: Pésimo. No quita bien. Pasa siempre para atrás. Cuando pasa para adelante la regala con un tiro frontal a los centrales o simplemente la entrega a un contrario. Quita todas con falta. A Pinto le hicieron un favor echándolo al final del partido.
Viáfara: Ni quita ni pone. Intrascendente.
Ferreira: Correloncito y nada más.
Domínguez: Flojo, falto de jerarquía, sin sacrificio. Una lástima que con la técnica que tiene no se brinde más para la selección.
Torres: Inflado por la prensa. Buen jugador, pero que se esconde en los partidos trascendentales. Los periodistas dicen que la selección mejora cuando él entra, pero mejorar cuando todo está definido es un poco más fácil, y la supuesta mejoría tampoco es que sea mucha.
Castrillón: Hasta el momento el único jugador de selección. Corre, marca, hace diagonales, llega con sorpresa, sabe quitar. Jugador moderno (indiscutido del proceso Rueda). Valdría la pena la inversión Presidente Otoya.
Edixon Perea: Correlón también, unas buenas y otras malas. Marcó el primer gol contra Argentina. No asusta a nadie.
Rodallega: Poco sacrificio, cero goles.
Chitiva: Habría que verlo más, pero parece que no tiene mucho para ofrecer.
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Normalmente cuando todo un equipo juega mal, la culpa es del técnico. El nivel de muchos de los jugadores es desconocido. Los cambios son equivocados. La convocatoria es fatal. Colombia no tiene ningún tipo de estructura táctica. El recambio no se ve. Las excusas recaen en los árbitros. Pinto se tiene que ir.
Temas
1. ¿Pinto se tiene que ir? ¿Por qué?
2. ¿Los jugadores se le pararon a Pinto?
3. ¿Es peor el remedio (Bolillo) que la enfermedad?
4. ¿Han visto mucho "toque-toque" en esta Copa América?
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Etiquetas: copa américa, fracaso, Jorge Luis Pinto, selección Colombia
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