La historia de un proceso (editorial)
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La historia de este proceso no empieza hace un año. Se identifica desde el 2000 con la salida del "Cheché" Hernández, después de una campaña para olvidar. El equipo de ensueño de la Copa se desbarató y el técnico no pudo con la transición - o eso parecía, ya nunca lo vamos a saber -. Con jugadores de la cantera y con un refuerzo cuestionado (Giovanni Hernández) el Cali terminó en el décimoquinto lugar del Finalización.
Se había clasificado a la Copa por la campaña del primer semestre y la Junta decidió armar un equipo apto para afrontar la contienda internacional. El "Cheché" se fúe y vino Luis Fernándo Suárez y una gran cantidad de refuerzos de gran valía. La expectativa era inmensa para el hincha, que por fin veía como las directivas aprovechaban el dinero para darle gusto. Nombres como "El mejor jugador del mundo sin balón", Iván Valenciano, Gustavo Victoria, Wilmer Ortegón, entre otros, llegaron a La Casona de Pance con ansias de triunfo. El experimento no resultó y fué un total fiasco. El mal llamado Green Team (otros le decían Dream Team) fué la mentira más grande del Cali en toda su historia. A Suárez, - y sus refuerzos - le quedó grande el equipo, no se hizo nada ni en el torneo local ni en Copa Libertadores y los fanáticos terminaron con una frustración muy grande.
La administración Arias entonces decidió que lo único que le servía al Cali era ser campeón. Tenían el fantasma de los veitidos años sin título y no querían veinte años más. Empezaba entonces la era del reciclaje de técnicos. Llegó Néstor Otero, víctima de la más desequilibrada y destructiva crítica del periodismo deportivo corporativo, y no logró el objetivo. Regresó el "Pecoso" Castro para el 2002. De ese proceso quedó en la memoria el 6 a 0 que el Unión Magdalena le propinó al Cali. Tampoco fué campeón y salió por la puerta de atrás. Quintabani fué su sucesor e hizo una buena campaña en la Reclasificación que lo llevó a Copa Libertadores. Esta vez los directivos no quisieron desarmar el equipo y continuaron con los mismos para el 2003. En Copa se llegó hasta octavos, el equipo cabalgó el campeonato pero no coronó. Fuera Quintabani.
La filosofía ofensiva era el siguiente paso de la administración de turno. Javier Álvarez llegó al primer equipo para el segundo semestre de 2003. Año funesto para la afición azucarera porque se llegó a la final pero se perdió ante un equipo inferior en nómina como el Tolima. Esto fué imperdonable y Álvarez salió. Siguió Bernardo Redín, jugador de la casa, pero hincha corporativo al fin y al cabo. Nuevo fracaso. Luego Peluffo, otro fracaso. De la Pava, ni se diga. Y llega Pedro Sarmiento a finales de 2005. En la era Sarmiento se trabajó con criterio, el equipo tomó forma, se le vió armonía y quedó campeón. Hay cambio de Junta justo antes de la final. El legado que deja Humberto Arias antes de irse es el octavo campeonato para el Cali.
Esta nueva Junta, en cabeza de Rodrigo Otoya es reaccionaria y con justa razón. Están totalmente en contra del reciclaje de técnicos y ese es su motto. Quieren iniciar un nuevo proceso, pero les queda muy difícil hacerlo cuando el técnico de la administración anterior saca al equipo campeón después de 7 años. El proceso ultradefensivo y tosco de Sarmiento continúa basado en la cantera verdiblanca. El Presidente en una de sus declaraciones - y esto pudo ser después, la memoria me falla, pero igual no importa - dice que el Cali tiene no sé cuántos jugadores en la base, todos de excelente nivel, que con eso toca afrontar el campeonato y que no se necesitan refuerzos. Se hace la peor campaña de Copa (hasta ese momento) de un equipo colombiano logrando 1 de 18 puntos posibles, pero se logra llegar a la final del campeonato. Increiblemente se pierde con el Pasto. Segundo baldado de agua fría para el fanático azucarero. Sale Sarmiento, también por la puerta de atrás, y empieza el verdadero proceso de la Junta. Enter Labruna.
El momento del cambio no pudo ser peor. No hubo tiempo para preparar al equipo físicamente. El técnico era nuevo en el campeonato colombiano y se trajeron refuerzos que nunca pudieron consolidarse. La mentalidad ofensiva y ganadora que traía Labruna como asistente técnico de River convenció a las directivas. El cambio debía venirle bien al Cali después de tener que aguantar un fútbol que no iba acorde con sus directrices históricas. El equipo se cayó terminando la primera fase del campeonato y por primera vez desde que se juegan torneos cortos. Tercer golpe. Las razones: no funcionaron los refuerzos, el técnico era nuevo, no hubo tiempo para poner los jugadores a tono físicamente, el plantel del Cali tenía pocos jugadores de experiencia que empujaran hacia adelante.
Los hinchas no toleraron esta deshonra. La confianza se perdió, pero se recuperó rápido porque la Junta hizo todo correctamente y con mucha entereza. Se consiguieron 7 refuerzos de experiencia, se hizo una excelente pretemporada, el técnico no se fué de vacaciones y trabajó sin cesar. El "Todos Contra Todos" 2007 fué una maravilla porque el Cali hacía respetar su casa y buscaba los partidos por fuera. El liderato prometía más. Además no había otros equipos en el campeonato que fueran más que el Cali, aunque el verdiblanco no tuviera un juego fluido. Llegada la semifinal, se asestó el último golpe. En los partidos definitivos y con todo servido el Cali no fué contundente y dejó que un necesitado Nacional, con árbitros o sin ellos, le pasara por encima. Las causas: ninguna. No hay excusas, todo se hizo bien. ¿Entonces? La Junta decide que Labruna siga hasta junio de 2008 para ser consecuentes con las propuestas de continuidad de su campaña.
Después de esta retahíla ¿qué hemos aprendido - o por lo menos qué aprendí yo-? La postura de construir procesos basados en los resultados finales no sirve (administración Arias). Seguir procesos tercamente sin estructura convincente tampoco sirve (administración Otoya). Dejar que la cantera sea la que dicte en el equipo no sirve. Armar un equipo con superrefuerzos cada 6 meses no sirve. Cambiar de técnico en junio no sirve. ¿Entonces nada sirve? No.
La actual Junta ha tenido varias cosas en su contra. Estaba la presión del campeonato de 2005 y la demora en el inicio de su propio proceso por los resultados de un técnico impuesto. Se cambia el proceso Sarmiento, con un trabajo coherente en términos de cantera y de trabajo táctico defensivo en el momento menos oportuno, por uno ofensivo, basado en lo motivacional y en refuerzos de experiencia. El primer proceso, el de la anterior administración, en términos de resultados ha sido mejor: campeonato, subcampeonato e infinidad de canteranos rondando por el FPC. Luego está el rotundo fracaso del segundo semestre de 2006 con los supuestos refuerzos argentinos que marcaron el futuro de todos los demás que puedan venir de un equipo de menor historia que San Lorenzo o Vélez; y la temprana eliminación del torneo. Lo de 2007 es la puntilla y siguen pecando de falta de sentido de oportunidad (tal vez su único pecado) dejando a Labruna hasta junio de 2008.
Humildemente les sugiero que analicen esto para el futuro:
1. Los técnicos se cambian en diciembre, no en junio. No hay tiempo para preparar un equipo entre Mustang I y II para preparar a un equipo. Labruna debe mostrar resultados futbolísticos este semestre o sino se va. No hay que esperar todo el año, para luego perder otros seis meses más.
2. Si van a cambiar de técnico a mitad de temporada por malos resultados asegúrense de que sea por culpa del técnico y no de los jugadores. Ejemplos: Sarmiento y Hernández, había materia prima pero no había técnico. Por favor no salgan de un técnico bueno porque los jugadores sólo quieren cobrar.
3. La evaluación del proceso no se hace tanto desde el punto de vista de títulos sino de coordinación, orden, trabajo y memoria táctica en el terreno de juego, y en el aporte global al equipo en términos de cotización de jugadores, etc. Si se consiguen, las estrellas vendrán por añadidura.
4. Ni que toda la nómina sea de canteranos ni armar un equipo con 11 refuerzos funciona. El balance entre una base de canteranos que hablen el mismo idioma y compartan la misma filosofía (que aprendieron de inferiores), en conjunto con 2 ó 3 refuerzos de valor y de experiencia aseguran el cumplimiento de las metas (eras Hernández, Sarmiento y Pecoso '96) con una adecuada dirección técnica.
5. Hay procesos que fracasan. No hay que continuarlos para siempre simplemente por una promesa electoral y por tratar de ser diferente a lo anterior. Hay que tener las agallas para aceptar que las cosas no salen bien a veces y poderlas replantear. (Ejemplos: De la Pava y Peluffo salieron a tiempo del equipo, afortunadamente).
6. Los refuerzos tienen que marcar la diferencia y complementar con su experiencia el fútbol que de base tiene el equipo. No hay que montar el equipo alrededor de los refuerzos.
7. Los canteranos merecen una oportunidad y hay que darles la confianza de que van a jugar y no a calentar banca; que no hay puestos escriturados. Además de hacerles entender que ellos son la base del equipo y no simplemente unos instrumentos para el canje.
Todo esto evidentemente es sentido común pero es que el Cali no ha podido tener un balance en sus políticas desde hace muchísimos años. Los extremos son dañinos, y a nuestra amada institución le encanta pasearse por ellos con frecuencia. Por favor un poco de balance y sentido común.
A título personal, pido respetuosamente que se replantée el contrato del técnico Omar Labruna. Dejarlo hasta diciembre y que continúe únicamente si muestra un juego convincente y con mínimo una clasificación a Libertadores. Si no se cumple, el proceso se debe reiniciar con un técnico ganador, de experiencia internacional y que sepa trabajar con la cantera, valga lo que valga. No tiene que ser necesariamente argentino.
Temas
1. ¿Cuál es su percepción de la continuidad de Labruna, teniendo en cuenta el marco histórico descrito?
2. ¿Qué otras recomendaciones les darían Uds. a la Junta Directiva del equipo para que salgan adelante?
3. ¿Consideran que el proceso Labruna tendrá un impacto positivo para el equipo en el año 2012? (el futuro en general, el 2012 es un ejemplo)
Obelisco
Se había clasificado a la Copa por la campaña del primer semestre y la Junta decidió armar un equipo apto para afrontar la contienda internacional. El "Cheché" se fúe y vino Luis Fernándo Suárez y una gran cantidad de refuerzos de gran valía. La expectativa era inmensa para el hincha, que por fin veía como las directivas aprovechaban el dinero para darle gusto. Nombres como "El mejor jugador del mundo sin balón", Iván Valenciano, Gustavo Victoria, Wilmer Ortegón, entre otros, llegaron a La Casona de Pance con ansias de triunfo. El experimento no resultó y fué un total fiasco. El mal llamado Green Team (otros le decían Dream Team) fué la mentira más grande del Cali en toda su historia. A Suárez, - y sus refuerzos - le quedó grande el equipo, no se hizo nada ni en el torneo local ni en Copa Libertadores y los fanáticos terminaron con una frustración muy grande.
La administración Arias entonces decidió que lo único que le servía al Cali era ser campeón. Tenían el fantasma de los veitidos años sin título y no querían veinte años más. Empezaba entonces la era del reciclaje de técnicos. Llegó Néstor Otero, víctima de la más desequilibrada y destructiva crítica del periodismo deportivo corporativo, y no logró el objetivo. Regresó el "Pecoso" Castro para el 2002. De ese proceso quedó en la memoria el 6 a 0 que el Unión Magdalena le propinó al Cali. Tampoco fué campeón y salió por la puerta de atrás. Quintabani fué su sucesor e hizo una buena campaña en la Reclasificación que lo llevó a Copa Libertadores. Esta vez los directivos no quisieron desarmar el equipo y continuaron con los mismos para el 2003. En Copa se llegó hasta octavos, el equipo cabalgó el campeonato pero no coronó. Fuera Quintabani.
La filosofía ofensiva era el siguiente paso de la administración de turno. Javier Álvarez llegó al primer equipo para el segundo semestre de 2003. Año funesto para la afición azucarera porque se llegó a la final pero se perdió ante un equipo inferior en nómina como el Tolima. Esto fué imperdonable y Álvarez salió. Siguió Bernardo Redín, jugador de la casa, pero hincha corporativo al fin y al cabo. Nuevo fracaso. Luego Peluffo, otro fracaso. De la Pava, ni se diga. Y llega Pedro Sarmiento a finales de 2005. En la era Sarmiento se trabajó con criterio, el equipo tomó forma, se le vió armonía y quedó campeón. Hay cambio de Junta justo antes de la final. El legado que deja Humberto Arias antes de irse es el octavo campeonato para el Cali.
Esta nueva Junta, en cabeza de Rodrigo Otoya es reaccionaria y con justa razón. Están totalmente en contra del reciclaje de técnicos y ese es su motto. Quieren iniciar un nuevo proceso, pero les queda muy difícil hacerlo cuando el técnico de la administración anterior saca al equipo campeón después de 7 años. El proceso ultradefensivo y tosco de Sarmiento continúa basado en la cantera verdiblanca. El Presidente en una de sus declaraciones - y esto pudo ser después, la memoria me falla, pero igual no importa - dice que el Cali tiene no sé cuántos jugadores en la base, todos de excelente nivel, que con eso toca afrontar el campeonato y que no se necesitan refuerzos. Se hace la peor campaña de Copa (hasta ese momento) de un equipo colombiano logrando 1 de 18 puntos posibles, pero se logra llegar a la final del campeonato. Increiblemente se pierde con el Pasto. Segundo baldado de agua fría para el fanático azucarero. Sale Sarmiento, también por la puerta de atrás, y empieza el verdadero proceso de la Junta. Enter Labruna.
El momento del cambio no pudo ser peor. No hubo tiempo para preparar al equipo físicamente. El técnico era nuevo en el campeonato colombiano y se trajeron refuerzos que nunca pudieron consolidarse. La mentalidad ofensiva y ganadora que traía Labruna como asistente técnico de River convenció a las directivas. El cambio debía venirle bien al Cali después de tener que aguantar un fútbol que no iba acorde con sus directrices históricas. El equipo se cayó terminando la primera fase del campeonato y por primera vez desde que se juegan torneos cortos. Tercer golpe. Las razones: no funcionaron los refuerzos, el técnico era nuevo, no hubo tiempo para poner los jugadores a tono físicamente, el plantel del Cali tenía pocos jugadores de experiencia que empujaran hacia adelante.
Los hinchas no toleraron esta deshonra. La confianza se perdió, pero se recuperó rápido porque la Junta hizo todo correctamente y con mucha entereza. Se consiguieron 7 refuerzos de experiencia, se hizo una excelente pretemporada, el técnico no se fué de vacaciones y trabajó sin cesar. El "Todos Contra Todos" 2007 fué una maravilla porque el Cali hacía respetar su casa y buscaba los partidos por fuera. El liderato prometía más. Además no había otros equipos en el campeonato que fueran más que el Cali, aunque el verdiblanco no tuviera un juego fluido. Llegada la semifinal, se asestó el último golpe. En los partidos definitivos y con todo servido el Cali no fué contundente y dejó que un necesitado Nacional, con árbitros o sin ellos, le pasara por encima. Las causas: ninguna. No hay excusas, todo se hizo bien. ¿Entonces? La Junta decide que Labruna siga hasta junio de 2008 para ser consecuentes con las propuestas de continuidad de su campaña.
Después de esta retahíla ¿qué hemos aprendido - o por lo menos qué aprendí yo-? La postura de construir procesos basados en los resultados finales no sirve (administración Arias). Seguir procesos tercamente sin estructura convincente tampoco sirve (administración Otoya). Dejar que la cantera sea la que dicte en el equipo no sirve. Armar un equipo con superrefuerzos cada 6 meses no sirve. Cambiar de técnico en junio no sirve. ¿Entonces nada sirve? No.
La actual Junta ha tenido varias cosas en su contra. Estaba la presión del campeonato de 2005 y la demora en el inicio de su propio proceso por los resultados de un técnico impuesto. Se cambia el proceso Sarmiento, con un trabajo coherente en términos de cantera y de trabajo táctico defensivo en el momento menos oportuno, por uno ofensivo, basado en lo motivacional y en refuerzos de experiencia. El primer proceso, el de la anterior administración, en términos de resultados ha sido mejor: campeonato, subcampeonato e infinidad de canteranos rondando por el FPC. Luego está el rotundo fracaso del segundo semestre de 2006 con los supuestos refuerzos argentinos que marcaron el futuro de todos los demás que puedan venir de un equipo de menor historia que San Lorenzo o Vélez; y la temprana eliminación del torneo. Lo de 2007 es la puntilla y siguen pecando de falta de sentido de oportunidad (tal vez su único pecado) dejando a Labruna hasta junio de 2008.
Humildemente les sugiero que analicen esto para el futuro:
1. Los técnicos se cambian en diciembre, no en junio. No hay tiempo para preparar un equipo entre Mustang I y II para preparar a un equipo. Labruna debe mostrar resultados futbolísticos este semestre o sino se va. No hay que esperar todo el año, para luego perder otros seis meses más.
2. Si van a cambiar de técnico a mitad de temporada por malos resultados asegúrense de que sea por culpa del técnico y no de los jugadores. Ejemplos: Sarmiento y Hernández, había materia prima pero no había técnico. Por favor no salgan de un técnico bueno porque los jugadores sólo quieren cobrar.
3. La evaluación del proceso no se hace tanto desde el punto de vista de títulos sino de coordinación, orden, trabajo y memoria táctica en el terreno de juego, y en el aporte global al equipo en términos de cotización de jugadores, etc. Si se consiguen, las estrellas vendrán por añadidura.
4. Ni que toda la nómina sea de canteranos ni armar un equipo con 11 refuerzos funciona. El balance entre una base de canteranos que hablen el mismo idioma y compartan la misma filosofía (que aprendieron de inferiores), en conjunto con 2 ó 3 refuerzos de valor y de experiencia aseguran el cumplimiento de las metas (eras Hernández, Sarmiento y Pecoso '96) con una adecuada dirección técnica.
5. Hay procesos que fracasan. No hay que continuarlos para siempre simplemente por una promesa electoral y por tratar de ser diferente a lo anterior. Hay que tener las agallas para aceptar que las cosas no salen bien a veces y poderlas replantear. (Ejemplos: De la Pava y Peluffo salieron a tiempo del equipo, afortunadamente).
6. Los refuerzos tienen que marcar la diferencia y complementar con su experiencia el fútbol que de base tiene el equipo. No hay que montar el equipo alrededor de los refuerzos.
7. Los canteranos merecen una oportunidad y hay que darles la confianza de que van a jugar y no a calentar banca; que no hay puestos escriturados. Además de hacerles entender que ellos son la base del equipo y no simplemente unos instrumentos para el canje.
Todo esto evidentemente es sentido común pero es que el Cali no ha podido tener un balance en sus políticas desde hace muchísimos años. Los extremos son dañinos, y a nuestra amada institución le encanta pasearse por ellos con frecuencia. Por favor un poco de balance y sentido común.
A título personal, pido respetuosamente que se replantée el contrato del técnico Omar Labruna. Dejarlo hasta diciembre y que continúe únicamente si muestra un juego convincente y con mínimo una clasificación a Libertadores. Si no se cumple, el proceso se debe reiniciar con un técnico ganador, de experiencia internacional y que sepa trabajar con la cantera, valga lo que valga. No tiene que ser necesariamente argentino.
Temas
1. ¿Cuál es su percepción de la continuidad de Labruna, teniendo en cuenta el marco histórico descrito?
2. ¿Qué otras recomendaciones les darían Uds. a la Junta Directiva del equipo para que salgan adelante?
3. ¿Consideran que el proceso Labruna tendrá un impacto positivo para el equipo en el año 2012? (el futuro en general, el 2012 es un ejemplo)
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Etiquetas: deportivo cali, humberto arias, omar labruna, procesos, rodrigo otoya
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