De goleada en goleada
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Tres humillaciones ha tenido que soportar el Cali en esta corta temporada. En los últimos 30 años no se había presentado una situación similar, ni siquiera bajo el mando de De la Pava o Pinto. Lo del Unión Magdalena en aquella goleada por 6 a 0 ocurrió por una situación extrafútbolística y es talvez el recuerdo aciago más reciente.
La historia dice que el proceso Carreño empieza muy bien. Nadie puede negar que es un excelente técnico. Recibe una nómina competitiva para el torneo local. Decide la salida de unos jugadores que no mostraban gran cosa. Finalmente lo convencen de desistir. Pocos refuerzos se traen y se inicia el proyecto de canteras. Arranca el campeonato con una línea de 3 y se enreda porque los jugadores no le dan para el esquema. Cambia pronto ante las alarmas y empieza una curva ascendente que lo lleva a sendos triunfos ante Nacional, Junior y la Delincuencia. Hasta ahí llegó la dicha.
La Junta Directiva y su ineptitud permiten el manoseo de Alcalde y Gobernador en el segundo exclásico, permitiendo que se violen derechos fundamentales de los hinchas del Deportivo Cali y además que pite el señor Óscar Julián Ruiz en un partido definitivo. Ocurre la deblacle y el equipo no se puede recuperar. Los resultados no se dan y el Cali entra en un patrón de irregularidad. Llega la segunda goleada ante el Atlético Bucaramanga, un equipo que había cambiado de técnico recientemente por uno limitadísimo (Victor Luna). Cuatro por uno termina el encuentro ante la sorpresa de la parcial azucarera.
A Carreño le entra el temor y decide que la historia del Cali no vale nada mientras se consigan los resultados. La parcial compra la mentira porque no le queda de otra. Se monta un equipo para defenderse de visitante ante Medellín y Quindío. Logra el primer objetivo, clasificarse a las semifinales con la colaboración de la mediocridad del campeonato, sin convencer a nadie en las últimas fechas. En Medellín, ante un DIM venido a menos, con jugadores claves como Omar Pérez, Danilson Córdoba y Castrillón en el punto más bajo de su curva de rendimiento, perdona la vida echándose atrás como equipo chico sin ambición y valentía. En Armenia fue peor, los de Néstor Otero pasaron por encima y no ganaron por esas cosas del fútbol. La historia en el octogonal iba a ser más de lo mismo.
Contra Boyacá Chicó se planteó bien el partido, pero como siempre, la dicha no duró más de 20 minutos. No se supo aguantar el resultado, se regalaron goles y tampoco se pudo anotar. El empate ya dejaba mal parado al azucarero. La puntilla final vendría precedida de un temblor, en un día gris, lluvioso, negro.
El uruguayo, ante su miedo a una goleada (el cuento era que al Cali lo goleaban porque proponía de visitante), se decidió por dos líneas de 4. Sacrificó el volumen de juego ofensivo sacando a Frangipane y Montero de la titular, y decidió alinear jugadores pesados como Herrera y Delgado para una cancha en pésimo estado. Los primeros 20 minutos del Cali estuvieron a la altura (again). El DIM marca el primero en una jugada de rebote defensivo que el Cali no recupera, el DIM patea al área, Jair Benítez se cae aparatosamente, deja centrar y Ayala, Delgado y Hurtado (principalmente los últimos dos) se quedan dormidos permitiendo que Sanabria, solo, cabecee fuerte al centro. El segundo, rebote defensivo que el Cali no recupera, Quintero al arco y gol. El DIM siguió dominando el partido, con oles desde la tribuna, el Cali no recuperaba a pesar de tener dos líneas de 4.
La goleada se hizo evidente cuando Carreño, en un cambio digno de Víctor Luna, saca al único jugador que hacía un brillante trabajo recuperando (Johny Vásquez) por Frangipane. Ahí, el Cali se entregó por completo. Sin el balón y tampoco como recuperarlo, le hizo la vida facilísima al DIM que aprovechó la lentitud de Delgado y Espínola en el contragolpe y liquidó. El tercer gol de DIM también es una afrenta para el hincha verdiblanco. Una combinación entre Omar Pérez y Castrillón, el segundo habilita al primero que remata al arco, rebota en el palo, y Castrillón que, rodeado de tres hombres verdiblancos que no lo siguen en la jugada, remata solo. Después vendrían los de Diego Álvarez y Mauricio Mendoza para completar los 5. Verguenza.
La solución para el Cali no es fácil. La primera fase tendría que ver con la salida de un gran porcentaje de personas (muy honestas, queridas, respetables y con buenas intenciones todas ellas, valga la aclaración) que se encuentran en la directiva, cuerpo técnico y plantel profesional. La Junta Directiva tiene que pasar su carta de renuncia, sumada a la de Daniel Carreño. Se debe dejar una base jugadores muy corta: Fredy Montero, Johny Vásquez, Breiner Belalcázar, Édgar Zapata y Juan Guillermo Domínguez. Considerar la permanencia de otros jóvenes valores como Ayala, Amaya, Loboa, Hinestroza, Herman Córdoba, Cabezas, Mera y Asprilla para la Copa Ardila. El resto puede buscar equipo.
Carreño se debe ir porque aunque buen técnico, no pudo con la responsabilidad, se desesperó, se tornó temeroso. Técnicos como Luna, Gamero, Peláez, Otero lo superaron en franca lid y teniendo mucho menos. Al final, los cambios que realizaba eran completamente absurdos, sus alineaciones también. El tema de Montero y Hernández en la banca es incomprensible. Es que no se puede permitir que hinchas, que ni conocen el plantel, ni están en la cancha puedan interpretar mejor un partido desde un televisor que el propio DT. Un buen técnico tiene que ver lo que el hincha o el periodista que narra el partido no ve, tiene que sorprender con los cambios, despertar el "ah, claro, por eso lo metió". El cambio de Vásquez por Frangipane dice que Carreño está aburrido y se quiere ir o está completamente desesperado y sin norte. Este Cali de los cuadrangulares se ve sin trabajo en defensa, no toma rebotes ni ofensivos ni defensivos, no sabe abrir el campo, no aguanta un resultado, no volvió a tener variantes en la pelota quieta, etc. El uruguayo está practicamente quemado, se le cayó al piso todo lo que construyó al inicio, una lástima porque su trabajo y perspectiva inicial era muy buena, pero como ser humano que es también puede fracasar. No se pedía un campeonato, se quería identidad de juego y amor por la camiseta. Por momentos se vió algo de eso, pero no se logró consolidar y ahora se está muchísimo más lejos del objetivo.
La situación sin embargo, NO ES PUNTUAL, y no se puede ser tan obtuso como para no darse cuenta. El asunto no pasa sólo por sacar a los jugadores, directivas o técnico. Hay algo más, de fondo, que todavía no se ha diagnosticado, pueden ser los estatutos, algunos protocolos de manejo dentro de la institución, etc. Hace rato se propuso en este espacio que la institución debía conformar una mesa de trabajo que incluyera personas de diferentes disciplinas (psicología, sociología, medicina deportiva, administración, gente del fútbol) en una especie de think tank, que diera solución a un problema que definitivamente y está comprobado hasta la saciedad, no es una carencia de talento humano solamente. En su defecto, realizar una auditoría externa que evalúe y diagnostique con prontitud el problema real del Deportivo Cali y su solución. Habría que llamar a exjugadores fanáticos e ídolos del equipo como Farid Mondragón, Alexander Viveros, Hamilton Ricard, Mayer Candelo, Mario Yepes, Arley Betancourt, para que colaboren asesorando al Club así sea desde la distancia. Óscar Córdoba tiene que continuar en el Cali como dirigente.
Las divisiones inferiores también merecen una revisión. La inversión ahí es muy grande y no es posible que en tantos años, no haya quién le pelee un puesto a Hurtado o a Benítez. Parece que no hubiera coordinación entre la profesional y la cantera. El Cali hace como 20 años no tiene laterales buenos y parece que no se trabaja en función de eso. No es que no se promocionen grandes figuras, pareciera que se carece de una integralidad en el trabajo de todas las divisiones.
Tampoco hay que echarle toda el agua sucia a Don Rodrigo Otoya y compañía, los problemas no ocurren sólo desde esta administración. Varios inconvenientes también se presentaron cuando estaba el presidente anterior, con jugadores, cambio de técnicos, el asunto de los premios. Nada es nuevo (bueno, lo de las goleadas sí). Ni siquiera con un proceso serio como el que se adelantó desde diciembre de 2007 se pudo hacer algo. El gran error de esta administración fue no haber realizado el diagnóstico exacto del Cali. Creyeron que sabían el problema de fondo y que con su proyecto todo se iba a mejorar, pero se quedaron en la superficialidad.
El barco hay que salvarlo. Los socios tienen que reclamar cambios inmediatos en el Deportivo Cali y además hacer parte activa de los mismos. La Copa Sudamericana está encima y hay que armar un equipo que represente dignamente a esta hinchada. Hay que empezar a trabajar desde ya. Las renuncias no se hacen esperar y la hinchada tiene que estar unida en una sola voz, trabajando para que el Cali no termine siendo el próximo Millonarios o Santa Fe.
Situaciones de fondo que deben revisarse en el Cali de forma urgente:
1. Elección de la Junta Directiva
2. Mentalidad de los jugadores
3. Manejo de la prensa "especializada"
4. Protocolo de contrataciones
5. Coordinación de divisiones inferiores con la profesional
6. Manejo de la hinchada.
La Cultura Alternativa está presta a ayudar al equipo activamente y sin contraprestación en el campo en el que se necesite.
Temas propuestos
1. ¿Cuáles son los cambios que necesita el Cali para conseguir metas inmediatas (mejorar en el cuadrangular) y mediatas (pelear copas nacionales e internacionales)?
2. Impresiones generales sobre el partido y la situación actual.
Obelisco
PS: Los últimos comentarios de la entrada anterior tienen reflexiones importantes sobre el equipo, les solicito por favor los lean. Gracias.
La historia dice que el proceso Carreño empieza muy bien. Nadie puede negar que es un excelente técnico. Recibe una nómina competitiva para el torneo local. Decide la salida de unos jugadores que no mostraban gran cosa. Finalmente lo convencen de desistir. Pocos refuerzos se traen y se inicia el proyecto de canteras. Arranca el campeonato con una línea de 3 y se enreda porque los jugadores no le dan para el esquema. Cambia pronto ante las alarmas y empieza una curva ascendente que lo lleva a sendos triunfos ante Nacional, Junior y la Delincuencia. Hasta ahí llegó la dicha.
La Junta Directiva y su ineptitud permiten el manoseo de Alcalde y Gobernador en el segundo exclásico, permitiendo que se violen derechos fundamentales de los hinchas del Deportivo Cali y además que pite el señor Óscar Julián Ruiz en un partido definitivo. Ocurre la deblacle y el equipo no se puede recuperar. Los resultados no se dan y el Cali entra en un patrón de irregularidad. Llega la segunda goleada ante el Atlético Bucaramanga, un equipo que había cambiado de técnico recientemente por uno limitadísimo (Victor Luna). Cuatro por uno termina el encuentro ante la sorpresa de la parcial azucarera.
A Carreño le entra el temor y decide que la historia del Cali no vale nada mientras se consigan los resultados. La parcial compra la mentira porque no le queda de otra. Se monta un equipo para defenderse de visitante ante Medellín y Quindío. Logra el primer objetivo, clasificarse a las semifinales con la colaboración de la mediocridad del campeonato, sin convencer a nadie en las últimas fechas. En Medellín, ante un DIM venido a menos, con jugadores claves como Omar Pérez, Danilson Córdoba y Castrillón en el punto más bajo de su curva de rendimiento, perdona la vida echándose atrás como equipo chico sin ambición y valentía. En Armenia fue peor, los de Néstor Otero pasaron por encima y no ganaron por esas cosas del fútbol. La historia en el octogonal iba a ser más de lo mismo.
Contra Boyacá Chicó se planteó bien el partido, pero como siempre, la dicha no duró más de 20 minutos. No se supo aguantar el resultado, se regalaron goles y tampoco se pudo anotar. El empate ya dejaba mal parado al azucarero. La puntilla final vendría precedida de un temblor, en un día gris, lluvioso, negro.
El uruguayo, ante su miedo a una goleada (el cuento era que al Cali lo goleaban porque proponía de visitante), se decidió por dos líneas de 4. Sacrificó el volumen de juego ofensivo sacando a Frangipane y Montero de la titular, y decidió alinear jugadores pesados como Herrera y Delgado para una cancha en pésimo estado. Los primeros 20 minutos del Cali estuvieron a la altura (again). El DIM marca el primero en una jugada de rebote defensivo que el Cali no recupera, el DIM patea al área, Jair Benítez se cae aparatosamente, deja centrar y Ayala, Delgado y Hurtado (principalmente los últimos dos) se quedan dormidos permitiendo que Sanabria, solo, cabecee fuerte al centro. El segundo, rebote defensivo que el Cali no recupera, Quintero al arco y gol. El DIM siguió dominando el partido, con oles desde la tribuna, el Cali no recuperaba a pesar de tener dos líneas de 4.
La goleada se hizo evidente cuando Carreño, en un cambio digno de Víctor Luna, saca al único jugador que hacía un brillante trabajo recuperando (Johny Vásquez) por Frangipane. Ahí, el Cali se entregó por completo. Sin el balón y tampoco como recuperarlo, le hizo la vida facilísima al DIM que aprovechó la lentitud de Delgado y Espínola en el contragolpe y liquidó. El tercer gol de DIM también es una afrenta para el hincha verdiblanco. Una combinación entre Omar Pérez y Castrillón, el segundo habilita al primero que remata al arco, rebota en el palo, y Castrillón que, rodeado de tres hombres verdiblancos que no lo siguen en la jugada, remata solo. Después vendrían los de Diego Álvarez y Mauricio Mendoza para completar los 5. Verguenza.
La solución para el Cali no es fácil. La primera fase tendría que ver con la salida de un gran porcentaje de personas (muy honestas, queridas, respetables y con buenas intenciones todas ellas, valga la aclaración) que se encuentran en la directiva, cuerpo técnico y plantel profesional. La Junta Directiva tiene que pasar su carta de renuncia, sumada a la de Daniel Carreño. Se debe dejar una base jugadores muy corta: Fredy Montero, Johny Vásquez, Breiner Belalcázar, Édgar Zapata y Juan Guillermo Domínguez. Considerar la permanencia de otros jóvenes valores como Ayala, Amaya, Loboa, Hinestroza, Herman Córdoba, Cabezas, Mera y Asprilla para la Copa Ardila. El resto puede buscar equipo.
Carreño se debe ir porque aunque buen técnico, no pudo con la responsabilidad, se desesperó, se tornó temeroso. Técnicos como Luna, Gamero, Peláez, Otero lo superaron en franca lid y teniendo mucho menos. Al final, los cambios que realizaba eran completamente absurdos, sus alineaciones también. El tema de Montero y Hernández en la banca es incomprensible. Es que no se puede permitir que hinchas, que ni conocen el plantel, ni están en la cancha puedan interpretar mejor un partido desde un televisor que el propio DT. Un buen técnico tiene que ver lo que el hincha o el periodista que narra el partido no ve, tiene que sorprender con los cambios, despertar el "ah, claro, por eso lo metió". El cambio de Vásquez por Frangipane dice que Carreño está aburrido y se quiere ir o está completamente desesperado y sin norte. Este Cali de los cuadrangulares se ve sin trabajo en defensa, no toma rebotes ni ofensivos ni defensivos, no sabe abrir el campo, no aguanta un resultado, no volvió a tener variantes en la pelota quieta, etc. El uruguayo está practicamente quemado, se le cayó al piso todo lo que construyó al inicio, una lástima porque su trabajo y perspectiva inicial era muy buena, pero como ser humano que es también puede fracasar. No se pedía un campeonato, se quería identidad de juego y amor por la camiseta. Por momentos se vió algo de eso, pero no se logró consolidar y ahora se está muchísimo más lejos del objetivo.
La situación sin embargo, NO ES PUNTUAL, y no se puede ser tan obtuso como para no darse cuenta. El asunto no pasa sólo por sacar a los jugadores, directivas o técnico. Hay algo más, de fondo, que todavía no se ha diagnosticado, pueden ser los estatutos, algunos protocolos de manejo dentro de la institución, etc. Hace rato se propuso en este espacio que la institución debía conformar una mesa de trabajo que incluyera personas de diferentes disciplinas (psicología, sociología, medicina deportiva, administración, gente del fútbol) en una especie de think tank, que diera solución a un problema que definitivamente y está comprobado hasta la saciedad, no es una carencia de talento humano solamente. En su defecto, realizar una auditoría externa que evalúe y diagnostique con prontitud el problema real del Deportivo Cali y su solución. Habría que llamar a exjugadores fanáticos e ídolos del equipo como Farid Mondragón, Alexander Viveros, Hamilton Ricard, Mayer Candelo, Mario Yepes, Arley Betancourt, para que colaboren asesorando al Club así sea desde la distancia. Óscar Córdoba tiene que continuar en el Cali como dirigente.
Las divisiones inferiores también merecen una revisión. La inversión ahí es muy grande y no es posible que en tantos años, no haya quién le pelee un puesto a Hurtado o a Benítez. Parece que no hubiera coordinación entre la profesional y la cantera. El Cali hace como 20 años no tiene laterales buenos y parece que no se trabaja en función de eso. No es que no se promocionen grandes figuras, pareciera que se carece de una integralidad en el trabajo de todas las divisiones.
Tampoco hay que echarle toda el agua sucia a Don Rodrigo Otoya y compañía, los problemas no ocurren sólo desde esta administración. Varios inconvenientes también se presentaron cuando estaba el presidente anterior, con jugadores, cambio de técnicos, el asunto de los premios. Nada es nuevo (bueno, lo de las goleadas sí). Ni siquiera con un proceso serio como el que se adelantó desde diciembre de 2007 se pudo hacer algo. El gran error de esta administración fue no haber realizado el diagnóstico exacto del Cali. Creyeron que sabían el problema de fondo y que con su proyecto todo se iba a mejorar, pero se quedaron en la superficialidad.
El barco hay que salvarlo. Los socios tienen que reclamar cambios inmediatos en el Deportivo Cali y además hacer parte activa de los mismos. La Copa Sudamericana está encima y hay que armar un equipo que represente dignamente a esta hinchada. Hay que empezar a trabajar desde ya. Las renuncias no se hacen esperar y la hinchada tiene que estar unida en una sola voz, trabajando para que el Cali no termine siendo el próximo Millonarios o Santa Fe.
Situaciones de fondo que deben revisarse en el Cali de forma urgente:
1. Elección de la Junta Directiva
2. Mentalidad de los jugadores
3. Manejo de la prensa "especializada"
4. Protocolo de contrataciones
5. Coordinación de divisiones inferiores con la profesional
6. Manejo de la hinchada.
La Cultura Alternativa está presta a ayudar al equipo activamente y sin contraprestación en el campo en el que se necesite.
Temas propuestos
1. ¿Cuáles son los cambios que necesita el Cali para conseguir metas inmediatas (mejorar en el cuadrangular) y mediatas (pelear copas nacionales e internacionales)?
2. Impresiones generales sobre el partido y la situación actual.
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Etiquetas: crisis, daniel carreño, deportivo cali, dim, junta, resumen
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