¿Y el hincha para dónde va?
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La CULTURA ALTERNATIVA no puede negar que los dos últimos años han sido un estrepitoso fracaso para el Deportivo Cali. La curva de aprendizaje de la Junta Directiva ha sido lenta y aparatosa. Sin embargo, el camino se está enderezando desde hace un par de meses. El Comité ha entendido que no puede volver a cometer los mismos errores y ha dado pasos seguros. El que definitivamente perdió el año fue el hincha.
La incultura de la prensa corporativa está permeando peligrosamente el pensamiento del fanático azucarero. (Falla inmensa de la Junta darse cuenta y hacer poco o nada al respecto.) Ellos van aprendiendo a cuentagotas pero por lo menos van hacia adelante, contrario a lo que sucede con el hincha verdiblanco que se quedó en lo que dicen Dinas y Rentería.
En el Superdépor, los fanáticos siempre han sido críticos por su amplio conocimiento de fútbol, mucho mayor que el de hinchas de cualquier otro equipo del FPC que sólo saben de árbitros, gaseosas, saltos o asaltos. Pero el nivel de pesimismo ha llegado a niveles intolerables. Niveles que no permiten que una Junta (impopular) pueda hacer un mínimo de trabajo. El que sale perjudicado al final es el equipo.
Cierto que la larga espera por técnico y refuerzos ha sido exasperante, sobretodo después de las grandes desilusiones vividas, pero por lo menos hay que tener un sentido de realidad. El Cali es una institución grande, histórica y honesta, con una buena estructura administrativa que lo ha llevado a cosechar muchos logros en ese ámbito. Gran parte de la parcial piensa que por éso, el Superdépor es como el Barcelona o el Real y puede traer cuanto refuerzo se les antoje. Las condiciones del fútbol colombiano son otras y la gente se pierde cuando la seudoprensa corporativa empieza a confundir. El mercado es competido con las billeteras de México, Brasil, Argentina y Europa, además, nadie quiere venir a un país violento como Colombia. Es bien complicado conseguir jugadores de buen nivel.
El fútbol colombiano es pobre en todo sentido. La IFFHS se equivoca al clasificarlo como noveno en el mundo. Aquí la plata alcanza para los árbitros, pero no para traer jugadores de gran nivel. Sólo dos tipos de jugadores buenos llegan a Colombia: los veteranos que ya vivieron sus mejores momentos o las sorpresas del fútbol. Hablar ya de profesionales rendidores (tipo Martel) es otra historia. Este torneo no es taquillero, es raro que aumente la cotización de un jugador extranjero en formación. Situaciones como la de Blas Pérez son diferentes porque vino de un fútbol inferior al colombiano (Panamá). Las sorpresas no son muchas tampoco, si acaso la del boliviano en el Cúcuta o Cochas en Equidad, pero de ahí no pasan.
Los refuerzos que se traen al Cali no son perfectos, si lo fueran estarían en equipos como el Liverpool, Milan o Barcelona. Tienen virtudes y defectos y se contratan precisamente por las primeras. En el caso del paraguayo Espínola se busca a alguien que tenga liderazgo y experiencia para una zaga que carence de las mismas. Además es ganador y viene de un equipo que ha estado peleando torneos internacionales con aceptable rendimiento. Que puede ser lento, que viene de una para larga, pues seguro que preocupa pero habrá que verlo antes de empezar a descalificarlo. Las circunstancias son ya tan ridículas que si por una locura, a Liliam Thuram se le ocurriera fichar por el Cali, los hinchas dirían que está quemado, que es lento, que ha sido suplente en la última temporada, que es mejor dejar a un canterano, etc. En fin, la quejadera está cansona.
Ahora se está armando un equipo como debe ser, con jugadores de cantera con sentido de pertenencia, una columna vertebral experimentada y ganadora, que puede lograr cosas importantes en el presente y futuro. El lunar, la tolerancia con los indisciplinados.
Las constantes quejas y negativismo no aportan en nada a un equipo que ni siquiera ha jugado su primer partido de pretemporada. Aquellos que se complican tanto, con toda seguridad no tienen idea cómo se arma un equipo de fútbol ganador con las limitaciones que se tienen para el FPC. Es una lástima que la Junta haya perdido los primeros dos años, porque con un proceso como el que ahora empieza, estarían en el curubito ahorrándose tanta crítica insensata.
Temas
1. ¿Progresa la mentalidad del hincha azucarero?
2. ¿Tanta quejadera sirve de algo?
3. ¿La prensa corporativa ha logrado que el hincha del Cali pierda el sentido de realidad?
4. ¿El hincha ya firmó el fracaso del equipo en el 2008?
Obelisco
PS: Queda pendiente la pregunta de andrewcali sobre el equipo que más puntos ha obtenido en toda la historia del FPC.
La incultura de la prensa corporativa está permeando peligrosamente el pensamiento del fanático azucarero. (Falla inmensa de la Junta darse cuenta y hacer poco o nada al respecto.) Ellos van aprendiendo a cuentagotas pero por lo menos van hacia adelante, contrario a lo que sucede con el hincha verdiblanco que se quedó en lo que dicen Dinas y Rentería.
En el Superdépor, los fanáticos siempre han sido críticos por su amplio conocimiento de fútbol, mucho mayor que el de hinchas de cualquier otro equipo del FPC que sólo saben de árbitros, gaseosas, saltos o asaltos. Pero el nivel de pesimismo ha llegado a niveles intolerables. Niveles que no permiten que una Junta (impopular) pueda hacer un mínimo de trabajo. El que sale perjudicado al final es el equipo.
Cierto que la larga espera por técnico y refuerzos ha sido exasperante, sobretodo después de las grandes desilusiones vividas, pero por lo menos hay que tener un sentido de realidad. El Cali es una institución grande, histórica y honesta, con una buena estructura administrativa que lo ha llevado a cosechar muchos logros en ese ámbito. Gran parte de la parcial piensa que por éso, el Superdépor es como el Barcelona o el Real y puede traer cuanto refuerzo se les antoje. Las condiciones del fútbol colombiano son otras y la gente se pierde cuando la seudoprensa corporativa empieza a confundir. El mercado es competido con las billeteras de México, Brasil, Argentina y Europa, además, nadie quiere venir a un país violento como Colombia. Es bien complicado conseguir jugadores de buen nivel.
El fútbol colombiano es pobre en todo sentido. La IFFHS se equivoca al clasificarlo como noveno en el mundo. Aquí la plata alcanza para los árbitros, pero no para traer jugadores de gran nivel. Sólo dos tipos de jugadores buenos llegan a Colombia: los veteranos que ya vivieron sus mejores momentos o las sorpresas del fútbol. Hablar ya de profesionales rendidores (tipo Martel) es otra historia. Este torneo no es taquillero, es raro que aumente la cotización de un jugador extranjero en formación. Situaciones como la de Blas Pérez son diferentes porque vino de un fútbol inferior al colombiano (Panamá). Las sorpresas no son muchas tampoco, si acaso la del boliviano en el Cúcuta o Cochas en Equidad, pero de ahí no pasan.
Los refuerzos que se traen al Cali no son perfectos, si lo fueran estarían en equipos como el Liverpool, Milan o Barcelona. Tienen virtudes y defectos y se contratan precisamente por las primeras. En el caso del paraguayo Espínola se busca a alguien que tenga liderazgo y experiencia para una zaga que carence de las mismas. Además es ganador y viene de un equipo que ha estado peleando torneos internacionales con aceptable rendimiento. Que puede ser lento, que viene de una para larga, pues seguro que preocupa pero habrá que verlo antes de empezar a descalificarlo. Las circunstancias son ya tan ridículas que si por una locura, a Liliam Thuram se le ocurriera fichar por el Cali, los hinchas dirían que está quemado, que es lento, que ha sido suplente en la última temporada, que es mejor dejar a un canterano, etc. En fin, la quejadera está cansona.
Ahora se está armando un equipo como debe ser, con jugadores de cantera con sentido de pertenencia, una columna vertebral experimentada y ganadora, que puede lograr cosas importantes en el presente y futuro. El lunar, la tolerancia con los indisciplinados.
Las constantes quejas y negativismo no aportan en nada a un equipo que ni siquiera ha jugado su primer partido de pretemporada. Aquellos que se complican tanto, con toda seguridad no tienen idea cómo se arma un equipo de fútbol ganador con las limitaciones que se tienen para el FPC. Es una lástima que la Junta haya perdido los primeros dos años, porque con un proceso como el que ahora empieza, estarían en el curubito ahorrándose tanta crítica insensata.
Temas
1. ¿Progresa la mentalidad del hincha azucarero?
2. ¿Tanta quejadera sirve de algo?
3. ¿La prensa corporativa ha logrado que el hincha del Cali pierda el sentido de realidad?
4. ¿El hincha ya firmó el fracaso del equipo en el 2008?
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PS: Queda pendiente la pregunta de andrewcali sobre el equipo que más puntos ha obtenido en toda la historia del FPC.
Etiquetas: deportivo cali, editorial, hinchada
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